Mi canción.

Como ando del tingo al tango y sin tiempo para escribir algo mas, dejo aquí mi canción favorita, la que me identifica, la que me mueve, la que estoy segura de que el extraordinario Billy Joel escribió y cantó para mí (obvio no, pero me gusta pensarlo, finalmente soy muy libre de pensar lo que me venga en gana, jé).

I love you Billy.
My life.

I don't need you to worry for me cause I'm alright

I don't want you to tell me it's time to come home

I don't care what you say anymore, this is my life

go ahead with your own life, leave me alone.

I never said you had to offer me a second chance

I never said I was a victim of circumstance

I still belong, don't get me wrong

you can speak your mind

but not on my time.

They will tell you, you can't sleep alone in a strange place

then they'll tell you, you can't sleep with somebody else

ah, but sooner or later you sleep in your own space

either way it's okay, you wake up with yourself.

¿Cumplí años?

Así fué, pero no me dí cuenta.

Con el necesario reajuste de horarios, actividades y distancias, francamente el cumple me pasó desapercibido.

Llega un momento en el que, lo que ántes era una fecha trascendental, de pronto se torna poco importante.

Ese instante llega cuando las prioridades de otros están por encima de las vanalidades personales, cuando una tiene que responder por las necesidades de quienes requieren apoyo, cuando te haces responsable.

Ser responsable implica tener la capacidad de responder por los actos propios así como cumplir con los deberes y obligaciones.

Pareciera ser la responsabilidad una carga muy pesada, sin embargo, mucho mas desgastantes son las consecuencias de la irresponsabilidad.

Cada mañana, aunque me cueste trabajo, por ellos me esfuerzo y soy responsable.

Misterio sin resolver.

Cada que voy a cumplir años siento un dolorcito aquí, justo entre la espiroketa cuántica y el bulbo raquídeo. Ese lugarcito que me dice que el tiempo sigue pasando y que a mi se me acumulan mas y mas y mas pendientes por realizar.
En lo que se refiere a mi edad, este es mi último cumpleaños de números enteros, a partir de aquí empiezo a cumplir con decimales, de tal modo que, si mañana cumplo 37 significa que dentro de un año cumpliré 37.1, luego 37.2, después 37.3 y así, sucesivamente.
Mi corazón será joven por siempre, lo sé muy bien.
Lo que aún no descubre es cómo convencer a mi cuerpo de que tome la misma actitud.

La ganancia de la pérdida.

¡Cuanto dolor dejaste con tu partida!
La conmoción, el miedo, la desesperación, la culpa y la pena fueron inmensas.
Sentimientos de poca valía, incapacidad y nula autoestima se hicieron presentes también.
¿Quién diria que después del maremoto, hoy te daría las gracias?
Por el regalo de la independencia, la autonomía, la libertad, el reencuentro conmigo misma y la tranquilidad.
Gracias por haberte ido.
Mil gracias mas por jamás, jamás regresar.