viernes, 26 de marzo de 2010

Propiedad.

¿De qué soy dueña?
El ego me dijo hasta hace poco que era dueña de una casa, de un auto, de un perro, de un árbol y de muchas, muchas cosas más.
La realidad me ha mostrado lo contrario.
No soy dueña de nada, absolutamente de nada.
No soy dueña de los objetos, mucho menos soy dueña de ningún ser vivo.
No lo soy.
Parecieran estas una serie de afirmaciones mas que obvias, pero no lo son tanto.
Una se va creyendo poseedora de su entorno, cuando la verdad los objetos están allí, solo ocupando un espacio en el universo. Una se cree que puede ser dueña de algún ser viviente, el cual se puede ir en el momento que así lo decida o porque así corresponde a su destino. Una se cree que es dueña de su propia vida, pero un poder superior te demuestra que ni siquiera es tan tuya, que la puedes perder en cualquier momento.
Pero hay algo de lo que si soy dueña.
Soy dueña del aire que respiro en este justo instante, soy dueña de mis decisiones, soy dueña de mis ilusiones, soy dueña de mis sentimientos, soy dueña de mis intenciones y soy dueña de mis actos.
¿De qué soy dueña?
De mi libre albedrío.




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