No a todas las personas nos acomodan las novedades tecnológicas, yo soy una de ellas.
Por mas que intento adaptarme al uso de ese aparatejo de comunicación, nomás no lo consigo.
Lo que para las nuevas generaciones es un objeto indispensable, a mi francamente me resulta molesto, me desagrada que de manera obligada deba volverse parte de mi vida.
Reconozco plenamente su utilidad, ahora que la nena se ha separado de mi controlador dominio, ha sido útil para comunicarme con ella. Aún así, él y yo tenemos diferencias irreconciliables.
Debo declarar que me gusta, si, tenerlo en mi bolsa, sobre todo por si hubiera necesidad de llamar a la aseguradora en caso de siniestro (conciente que soy de mi forma de conducir), pero nada mas.
Segunda declaración: Me gusta, si, mantenerlo en mi poder, pero APAGADO, solo, y solo para el momento en que YO lo necesite, no para cuando alguien, en el momento mas inoportuno (como casi siempre) tenga la ocurrencia de llamarme.
Se que no me debo negar a la comunicación ni a las necesidades actuales, lo que no entiendo es ¿porqué la gente se molesta cuando una no desea contestar? que tipo de agresión significa el hecho de apagarlo o definitivamente dejarle morir la energía. Con frecuencia escucho reclamos como:
"¿Para qué tienes un teléfono movil si siempre está apagado?"
"Araceli, los celulares requieren recargarse de vez en cuando para funcionar."
"No contestaste, seguro estabas en algo o con alguien que no querías que me enterara."
Y yo: ¡ashhhhhhhhhhhhhhhhh!
Mi no comprnde...


Estoy totalmente conforme contigo, me molesta mucho que la gente se moleste porque no quiero o no puedo coger el celular. Y es que ahora todo el mundo anda arriba y pa abajo con la maquinita en mano y en Barcelona, cuando cojo el tren para ir a visitar a mi abuela, siempre hay algún poco considerado que decide poner la música de su teléfono a todo trapo. ¿Por qué tengo que escuchar la música de los demás?
ResponderEliminarUn saludo desde Barcelona!
Gracias Lola !!
ResponderEliminarHaces que sienta que no soy la única inadaptada en este planeta celulítico.
Un abrazo mexicano.