Coyoacán es un espacio mágico, saturado de historia, leyendas y cultura. Se ubica en el sur de la Ciudad de México y posee jardines, iglesias, restaurantes y museos. Es un placer caminar por sus calles y plazas, hasta hace poco tiempo estaba saturado de todo tipo de representantes de tribus urbanas y una molesta y extraña mezcla de olores en la que se distinguía el incienso, el copal y la marihuana.
Todo esto gracias al hombre mas rico de México, quien se dedicó a limpiar este interesante sitio para que los que vivimos aquí pudiéramos caminar con nuestros hijos y comprarles un juguete típico mexicano, comer con tranquilidad una deliciosa tostada de tinga justo antes del obligado churro relleno de queso cottage, para rematar con un indescriptible helado de piñón.
Al final de la tarde, que mejor que visitar la librería del Sótano y comprarse un buen libro. Me pasé una hora decidiendo si traía conmigo "Un dulce sabor a muerte" de Agustín Sánchez o "El esclavo" de Francisco J. Ángel. Como soy light elegí la segunda opción, la primera parecía entretenida, aunque enterarme a partir de textos periodísticos de las historias de diferentes mujeres criminales en México y las razones que tuvieron para llevar a cabo sus homicidios no logró atraerme mucho.
Bebí casi un litro (ji) de café capuchino sabor moka y a mi canijito le compré un caleidoscopio.
Todo esto gracias al hombre mas rico de México, quien se dedicó a limpiar este interesante sitio para que los que vivimos aquí pudiéramos caminar con nuestros hijos y comprarles un juguete típico mexicano, comer con tranquilidad una deliciosa tostada de tinga justo antes del obligado churro relleno de queso cottage, para rematar con un indescriptible helado de piñón.
Al final de la tarde, que mejor que visitar la librería del Sótano y comprarse un buen libro. Me pasé una hora decidiendo si traía conmigo "Un dulce sabor a muerte" de Agustín Sánchez o "El esclavo" de Francisco J. Ángel. Como soy light elegí la segunda opción, la primera parecía entretenida, aunque enterarme a partir de textos periodísticos de las historias de diferentes mujeres criminales en México y las razones que tuvieron para llevar a cabo sus homicidios no logró atraerme mucho.
Bebí casi un litro (ji) de café capuchino sabor moka y a mi canijito le compré un caleidoscopio.
El pasó un buen rato mirando con atención las irrepetibles figuras que con espejillos dentro éste objeto pueden formar.
Ya de regreso me detuve frente a la tétrica casa de Frida Khalo y me pregunté cómo se pudo enamorar de Diego Rivera, quien, aunque fue un artista extraordinario, nadie le quita su apariencia de sapo obeso y fodongo (dicho sea con todo respeto). La respuesta llegó a mi enseguida: el talento, la personalidad y la virtud van por encima de la apariencia física.
Conducí hacia mi cubil con mi canijo dormido a quien la caminata, la comida saturada de carbohidratos y el inevitable tráfico de la ciudad lo hicieron dormir profundamente. Yo mientras tanto escuchaba Alfa 91.3 FM y washawasheaba "Another one bites the dust" de Queen.
Lo tuve que bajar de nuestra nave pues estaba (o se hacía) dormido.
Ya de regreso me detuve frente a la tétrica casa de Frida Khalo y me pregunté cómo se pudo enamorar de Diego Rivera, quien, aunque fue un artista extraordinario, nadie le quita su apariencia de sapo obeso y fodongo (dicho sea con todo respeto). La respuesta llegó a mi enseguida: el talento, la personalidad y la virtud van por encima de la apariencia física.
Conducí hacia mi cubil con mi canijo dormido a quien la caminata, la comida saturada de carbohidratos y el inevitable tráfico de la ciudad lo hicieron dormir profundamente. Yo mientras tanto escuchaba Alfa 91.3 FM y washawasheaba "Another one bites the dust" de Queen.
Lo tuve que bajar de nuestra nave pues estaba (o se hacía) dormido.
Yo me sentía con los ojos super abiertos, creo que a consecuencia de la leve dosis de cafeína que seguramente traía incluido mi deliciosísimo capuchino, así que, en lo que llegaba el sueño leí, de principio a fin, el librito de bolsillo que compré y cuyo inicio es el siguiente cuestionamiento: ¿Qué necesitas tu para poder al fin despertar y empezar a disfrutar de la vida?
Lo terminé en menos de una hora, metí el minilibro bajo la almohada, me recosté sobre ella y eso es lo último que recuerdo de mi sábado en Coyoacán.
Lo terminé en menos de una hora, metí el minilibro bajo la almohada, me recosté sobre ella y eso es lo último que recuerdo de mi sábado en Coyoacán.

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