Hace exactamente quince años, cuando un dolor intenso en el vientre interrumpio mi sueño, no podía ni siquiera imaginarme el día de hoy. Naciste a las cinco de la tarde, te vi por primera vez cuando el médico te tomó entre sus manos y alguien mas cortó tu cordón umbilical. Lloraste fuerte, mas fuerte de lo que yo esperaría de un recién nacido. Te llevaron a una mesita, te pesaron, te midieron (yo te observaba en todo momento), te limpiaron un poquito y te envolvieron con una frazada azul. En seguida el anesteciólogo te tomó en sus brazos, te acercó a mi me dijo: -Ara, te presento a tu nenita.- Te miré, te miré, te miré y enseguida, me dormí. Al despertar de la anestecia tu padre estaba muy emocionado -¡está enorme!-, decía, -¡está en el cunero, es hermosa y tiene los brazitos abiertos como para abrazar el mundo!-. No te volví a ver hasta la mañana siguiente. Te trajeron a mi con la ropita que te había comprado hacía unos dos días, te abracé con cuidado al tiempo que la enfermera me decía: -¡tómala firme, no se romperá!-. Estabas tibiecita, color de rosa, suave como un durazno y con una paz que creo que solo puede provenir de Dios. Acaricié tu naricita al tiempo que te dije alegremente: -¡Hola, Lady Di!-. ¡Cuántas emociones sentí!... Al llegar a casa, busqué entre tus ropas el manual que garantizara darte el cuidado y la atención adecuada. No había nada. Entonces comprendí que estabas a mi total responsabilidad. Llegaste a mi candorosa, como un ángel, sin etiquetas ni programación. De mi dependería que clase de ser humano serías en el futuro y eso me causaba mucho temor. Yo no sabía como ser madre. Lo que si sabía, y muy bien, es el gran amor que sentía por tí y la ilusión por verte crecer. Cuando te observaba dormir tranquila, me prometí a mi misma hacerte feliz.
Yo quise para tí una vida llena de alegría, satisfacciones y dicha, en la medida de mis posibilidades lo he procurado, mas no siempre ha sido así.
Y no siempre ha sido así, por que no es así la vida misma. Ella nos pone a prueba, nos regala el día, pero también la noche; nos dá alegría, igual tristeza, y todo esto con el propósito de que reconozcamos lo maravilloso de la felicidad y el aprendizaje que muchas veces nos deja el dolor.
Se que no soy la madre perfecta, porque tampoco soy una mujer así. Soy un ser humano que trata de enseñarte a ser fuerte, a creer en ti, a sobreponerte a los obstáculos, a destacar en tu entorno, a reirte de ti misma y a esperar siempre un día mejor. Creo firmemente que no se puede vivir de otra manera.
¿Defectos? Tengo muchos y se bien que los identificas en mi mejor que yo. También tengo cualidades, y la mas hermosa de ellas es mi capacidad de amarte así.
Hija mia, aprende cada día, disfruta, descubre, ama, agradece, se generosa, prudente, reflexiva, controla tus emociones, crea, decide, defiende, lucha y, hoy, en especial hoy, sientéte muy satisfecha de lo que has logrado.
Has buenos amigos y sé tú una amiga aún mejor. Eres un buen ser humano y puedes compartir con tu entorno aquello que posees. Siempre habrá alguién que necesite de tu apoyo, y si lo haces, siempre habrá alguien en el justo instante que lo necesites, es ley universal.
Sonríe. Llena tu mente de pensamientos positivos. Evita a toda costa la basura sicológica y la gente tóxica. Este mundo es para ti y tienes la libertad de escoger lo mejor.
Vive, conoce, elige y ubícate en el espacio que a ti te corresponde de acuerdo a tu formación, a tus valores y tus propósitos en la vida.
Esfuerzate que nada es gratis. Todo implica lucha y compromiso diarios. Si otros han logrado el éxito, es señal clara de que tu puedes hacerlo aún mejor.
No te conformes nunca, recuerda que el que poco pide, poco merece.
Llena de Cristo tu corazón. Lee sus enseñanzas, su sabiduría y déjate llevar por su camino. Agradécele los momentos de gozo y solicita su apoyo en los tiempos difíciles. Platica con Él y escúchalo igual que Él te escucha todo el tiempo. Reconoce su presencia en el diario vivir, en la última hoja verde del arbol seco, en el hombre que ayuda a un desconocido, en el abrazo de la abuela, en el brillar de la luna; todo eso, hijita, todo eso es nuestro Dios.
aahh q tiemposs¡¡ estee clasico no es qe me gusteee muxo peroo a mi hermana le sigue gustandoo... en finn q la cancionn no labia escuxadoo en mi vidaa...XD io soy + del rey leónnn y eso...
aahh q tiemposs¡¡
ResponderEliminarestee clasico no es qe me gusteee muxo peroo a mi hermana le sigue gustandoo...
en finn q la cancionn no labia escuxadoo en mi vidaa...XD
io soy + del rey leónnn y eso...
un besooo y passatee x el miooo